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Nájera es una de las localidades de La Rioja con mayor atractivo turístico. Situada a tan solo 27 kilómetros de la capital, Logroño, y siendo paso del Camino de Santiago, su ubicación estratégica la llevó a ser en la Edad Media la capital del entonces denominado Reino de Nájera-Pamplona, que abarcaba un tercio del norte peninsular.

De origen prerromano, se sitúa donde anteriormente hubo numerosos enclaves celtíberos. Durante la ocupación romana fue uno de los principales centros alfareros de la Península Ibérica, exportando parte de su producción a otras provincias romanas. En la edad media, bajo ocupación árabe, se construyó el castillo que dominaba la ciudad desde su parte más elevada.

Si visitamos Nájera no podemos perdernos el Convento de Santa Elena, edificado sobre las ruinas de otro anterior del siglo XVI, que fue destruido. El actual, destinado a la clausura de las monjas Franciscanas Clarisas, dispone de claustro, las dependencias monásticas y la iglesia (del siglo XVII), que es la única parte que se puede visitar. En esta iglesia podemos admirar varios retablos de gran belleza, principalmente el retablo mayor, de estilo barroco y obra de Mateo Rubalcaba.

El Monastario de Santa María la Real fue fundado por el rey García Sánchez III en 1052 y actualmente alberga a una comunidad de monjes franciscanos. La iglesia del monasterio es de 1516, con tres naves y crucero. A los pies de la nave se encuentra la cueva en la que supuestamente el rey Sancho tuvo una visión de la Virgen que le inspiró la construcción de este monumento.

En el panteón, destaca el sepulcro de Doña Blanca de Navarra, una obra románica del siglo XII. El retablo de la capilla mayor data de finales del siglo XVII, de estilo barroco y con una talla románica de Santa María la Real.

El coro es de principios del siglo XVI y la sillería está tallada en madera de nogal. También es de destacar el Claustro de los Caballeros, lugar de enterramiento de numerosos nobles y en el que se encuentra el sepulcro de don Diego López de Haro.

La Iglesia de Santa Cruz, declarada Monumento Nacional, data del siglo XVI y consta de tres naves, crucero y ábside. El altar mayor está presidido por un cristo tallado de finales del s.XVI.

En cuanto a la arquitectura civil de Nájera, destaca el Castillo de la Mota, instalado en lo alto del cerro del mismo nombre y desde el que se divisa todo el valle del río Najerilla. De origen musulmán, fue conquistado en el año 923 por Ordoño II y Sancho Garcés.

El Alcázar, a medio camino entre el castillo y el pueblo, tuvo labores defensivas y también sirvió como alojamiento de reyes. Se construyó en la misma época que el castillo.

Una muralla defensiva rodeaba la ciudad, de la cual todavía permanecen en pie algunas muestras, como la puerta de la Plaza de la Estrella.

Cuevas de Nájera

En los cerros que rodean la ciudad existen numerosas cuevas excavadas de manera artificial en la roca, formando habitaciones rectangulares que se unen mediante pasillos y separados por puertas. De origen desconocido, se sabe que ya existían en los siglos X y XI, sirviendo de refugio para los habitantes ante los ataques de saqueadores.